Te propongo diferentes opciones para que puedas componer tu ruta de carretera combinando las paradas más turísticas con otras menos conocidas
En el tercer capítulo de esta serie, llegamos a una casa perdida mirando al mar en un pueblecito perdido por A Costa da Morte.
Porque cualquier historia que te cuente de Galicia, y muy especialmente de A Costa da Morte, va a estar irremediablemente rodeada de leyenda, vida, muerte, religión, folklore…
Si has seguido los dos primeros especiales de esta serie que hemos emitido para despedir la temporada, me habrás acompañado a pie por la variante espiritual del camino portugués, para llegar a buen ritmo a la plaza del Obradoiro. Allí, rodeados de historias hemos recorrido la ciudad de Santiago y sus recodos escondidos, su música, su botafumeiro y sus meigas.
Destino Finisterre
Y en este capítulo, para cerrar definitivamente esta primera temporada, te invito a que me acompañes a cubrir la ruta de A Costa da Morte, destino Finisterre, subiéndote conmigo al coche para recorrer carreteras secundarias, caminos, bosques, cementerios, ermitas, campos, playas rocosas y playas de arena, e infinitos atardeceres que pueden ser casi eternos.
En los anteriores capítulos has podido comprobar cómo pagano y cristiano conviven en toda Galicia y que ambos elementos le acaban dando una magia muy especial a toda esta zona.
Es evidente que el hecho de que sea una tierra de marinos y aventureros, en la que se ha convivido siempre con la muerte, hace que aquí se haya buscado con urgencia cómo afrontarla del modo más natural.
Si unes todo ello a la magia que ha tenido siempre Finisterre, el fin del mundo conocido y destino final de esta ruta, el resultado no podía ser otro que, desde mi punto de vista más personal, la mejor ruta por carretera que tenemos a día de hoy en la península ibérica.
Ese tramo marítimo con más naufragios documentados del mundo, ese algo donde parece que el tiempo se paralizó.
Si te apuntas a este road trip en el que recorrerás casi 70 kilómetros desde Malpica hasta Finisterre, pasarás 4 días y sus correspondientes noches haciendo infinitas paradas y personalizándolo todo lo que gustes.

Lugares que he descubierto
La ruta oficial tiene en realidad cuatro etapas:
1ª: Desde Malpica a Laxe.
2ª: De Laxe a Muxía.
3ª: De Muxía a Fisterra.
4ª: De Fisterra a Muros.
Pero yo te propongo opciones visitables para que te vayas quedando con la que más te inspire y puedas componer tu viaje con los días y paradas que más gustes:
1. Malpica de Bergantiños y el Faro de Punta Nariga, a 50 metros de altura.
Malpica además te ofrecerá el encanto de un pequeño pueblo portuario, con paseo marítimo casi dentro del mar y un ambiente muy local en el que te podrás integrar para no sentirte un simple turista.
2. El faro de Roncudo. Aquí el viento sopla y lo rodean las rocas y el mar. 101 años alumbrando este trociño de la costa galega.
3. Laxe y la playa de los Cristales cuyo origen está en un antiguo vertedero.
Tiene su gracia bajar y ver las piedras en persona, aunque a mí me atrapó en el caminito que llevaba a esa playa un cementerio con un aire muy gallego mirando al mar.
4. Camariñas y el Cementerio de los Ingleses.
De Camariñas me quedo con el Hotel Playa de Camariñas y el restaurante O Meu Lar, ambos de estancia obligada. Ambiente rural más que acogedor para volver una y mil veces.
Luego, en el entorno del pueblo te esperarán sorpresas como la del Cementerio de los Ingleses, donde el buque inglés Serpent embarrancó en la Punta de Boi, muriendo 172 personas, arrastrados hasta la playa do Trece el 10 de noviembre de 1890.
Te sorprenderá la sencillez y el silencio que alberga todo el emplazamiento.
5. Faro Vilán de Camariñas
Aunque dentro de Camariñas, el Faro Vilán merece mención aparte, por ser considerado uno de los más espectaculares de la Costa da Morte. Tiene una torre de 27 metros levantada sobre un peñasco de 105 metros, y es actualmente el de mayor alcance de toda Galicia.
6. Castillo de Vimianzo. Vale, sí, aparece en las guías, pero sin él no te podrás marchar.
7. El es-pec-ta-cu-lar Santuario da Virxe da Barca. El más antiguo de Galicia, y una construcción que te dejará sin palabras. Cuando llegues da un paseo por los alrededores. Parecerá que el mundo se ha detenido justo ahí.
8. ¿Quieres conocer el punto más occidental de la España peninsular? Entonces no es Finisterre donde debes acercarte, sino al Faro de Touriñán, donde dos veces al año se reciben los últimos rayos de sol de toda Europa continental.
9. Desde aquí damos un giro hasta la Cascada de Ézaro, con el río Xallas y el monte O Pindo, recibiendo en primera línea esa cascada de 40 metros, siendo el único río en Europa continental que desemboca en el mar de este modo.
La visión de la cascada no fue lo que más me impresionó de toda esta ruta, pero aseguran que el Mirador de Ézaro es uno de los enclaves más espectaculares de toda esta ruta.
10. De ahí te llevo hasta la playa de Langosteira. Un auténtico oasis justo antes de recalar en Finisterre, donde sus dos kilómetros te regalarán una desconexión total rodeado de arena blanca y aguas mansas.
11. Y llegamos a Fisterra (Finisterre). No te quedes con el faro, acude al atardecer, tómate un algo en la terraza que hay en la parte más elevada del cabo, y saborea los vientos, los últimos rayos de luz y el oleaje en lo que es el kilómetro cero del Camino de Santiago.
Si a todo esto añades decenas de cruces en medio del camino, cubiertas de musgo y de recuerdos; campos perdidos por cada concelho, con gente de otras épocas al borde del camino cuidando sus tierras; ermitas, monasterios, y cada rincón que te inspire, que serán muchos y variados, el viaje se convierte en PER-FEC-TO.
Desde el restaurante que verás en un pequeño puerto al aparcar el coche. Hasta una duna milenaria, un bosque de cuento de hadas, un faro, un cementerio, una playa. Una ermita. Un caminante o peregrino. O el vecino del pueblo que estás visitando.
Aquí tienes el podcast completo: