Mota del Cuervo, donde viven, es la localidad a la que apuntan algunos investigadores cuando tratan de dar con ese lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quería acordarse
Desde hace dos años cada vez son más las familias que se mueven hacia sus pueblos para rehacer allí sus proyectos vitales apostando por abrir sus proyectos en la España vaciada, que en algunas zonas no está ni tan lejana… Ni tan vaciada.
Zonas como Albacete. Tierra manchega de quesos, viñedos, aceite de oliva… Y molinos de viento.
Si conoces la ruta de los molinos, seguro que habrás oído hablar de uno de sus pueblos más representativos: Mota del Cuervo.
Allí, Jimena y Nolasco, compositores, productores y músicos con formación de conservatorio, han abierto su propio estudio de grabación, Flowers Cavern Studios.
Una banda indie, Gatomidi, que compone en inglés y que ha actuado en la época más fuerte de los festivales en España.
Ruta de los molinos
En la segunda parte de este capítulo hacemos una ruta por los pueblos con los molinos de viento más visitables. Alguno de ellos son los mismos que mencionaba Cervantes en Don Quijote de la Mancha, mientras recorría con Sancho Panza la planicie de Castilla la Mancha.
Y justamente Mota del Cuervo es la localidad a la que apuntan algunos investigadores cuando tratan de dar con ese lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quería acordarse, ya que al parecer en aquellos tiempos tenía una mala relación con el alcalde de este pueblo.
Otros dicen que este lugar era Argamasilla de Alba.
El caso es que la Junta de Castilla La-Mancha aprovechó la coyuntura y en 2005, con motivo de la conmemoración de los cuatrocientos años desde la publicación del libro, puso en marcha la ruta Cultura e Ingenio para el Desarrollo Sostenible en Castilla-La Mancha.
Si buscas en la web oficial del Patronato de Turismo de Castilla-La Mancha verás cómo te proponen un recorrido dividido en 10 tramos, de casi 2.500 kilómetros y 148 municipios, recorriendo los espacios naturales y culturales de Castilla La Mancha por vías pecuarias, caminos históricos, riberas fluviales y plataformas ferroviarias en desuso.
En la revista escapadarural.com te aconsejan recorrer estos kilómetros en coche, haciendo la típica ruta de carretera, e ir parando en los puntos que más te vayan atrayendo en cada tramo.
Cuando entres verás que tienes dos opciones para hacer esta ruta:
– La literaria, recorriendo el mismo camino que hacen en el libro Don Quijote y Sancho Panza.
– Y la turística, conociendo los lugares con mayor interés cultural, patrimonial, artístico, paisajístico y gastronómico.
Así que ahí va la ruta de los molinos que te proponemos en la zona más típica de Castilla La Mancha:
– Los 5 Molinos de Belmonte en Cuenca. Esta primera parada de la ruta es tal vez una de las menos turísticas. Rodeados de cultivos, podrás ver dos molinos de piedra, uno de ellos sin aspas, justo al lado del castillo de la localidad. Para ver los otros tres tendrás que moverte hasta la otra parte del pueblo. Yo no he visitado esta parada, pero hay quien comenta que el mejor de todos es el que se encuentra al fondo, donde hay habilitada una pequeña tienda y que te dejarán visitarlo aportando la voluntad.
– Los molinos de viento de Mota del Cuervo, también en la provincia de Cuenca. Si preguntas a gente de la zona te dirán que aquí tienes algunos de los molinos más bonitos y más cuidados de la ruta. Hay un pequeño cerro, el Balcón de La Mancha, elevándose sobre el pueblo, en el que encontrarás un total de 7 molinos de viento, aunque sólo uno de ellos es original, del año 1752, bajo el nombre de El Zurdo. Y es que mueve las aspas en dirección contraria a la de las agujas del reloj.
– En la provincia de Ciudad Real encontraremos otro emplazamiento de la ruta reconocido por mucha gente: Campo de Criptana. Aquí es donde Don Quijote creyó ver gigantes, ante la impresionante magnitud de esos 40 molinos moviendo las aspas a un mismo tiempo. Puedes comprobarlo en el capítulo VIII.
Aquí aún se conservan algunos molinos muy antiguos, con casi 5 siglos de antigüedad, conviviendo con otros del año 1900, entremezclados con las casas blancas y el azul añil del pueblo.
Como curiosidad, muy poca gente sabe que uno de estos molinos, el Culebro, dedica su interior a albergar un museo dedicado a Sara Montiel, ya que era natural de esta localidad. Ahí podrás ver uno de sus pianos y fotografías de una de nuestras artistas más grandes del siglo pasado.
– Los molinos de viento de Alcázar de San Juan, en el Cerro de San Antón, son 4: Rocinante, Fierabrás, Dulcinea y Barcelona, aunque en tiempos pasados llegaron a existir 19 molinos de viento y 2 de agua.
– Una de las localidades más visitadas de la ruta: Consuegra, a unos 60 kilómetros de Toledo.
Sus 12 molinos se encuentran en el Cerro del Calderico, donde hay quien afirma que sus atardeceres son espectaculares.
– Los Molinos de viento de Tembleque, presentes en el capítulo XXXI de la segunda parte del libro Don Quijote. Dos de ellos fueron restaurados en el año 2000 y en 2015.
Hay un tercer molino, que no tiene ni fachada ni aspas ni techo.
Valga esta ocasión para reivindicar a esta preciosa localidad, en la que también podrás disfrutar del arte barroco de su Plaza Mayor o su palacio, catalogado Bien de Interés Cultural.