La cultura musical en España está viviendo una nueva época de renacimiento en la que confluyen muchos más artes, hasta el punto de formar un todo homogéneo. Y músicos como Jero Romero están ayudando a darle forma a una década en la que la crisis ha potenciado el nacimiento de nuevas expresiones que llevaban mucho tiempo encerradas en un cajón esperando su turno.
Hace poco lo entrevistamos para la revista digital Descubre Castellón, con motivo de su actuación en el Paraninfo de la Universitat Jaume I, y pudimos desentrañar muchos por qués de una carrera musical que está consiguiendo asentarse con firmeza en el panorama musical.
Uno de los momentos en los que más emocionó fue al hablar de la libertad que le otorga el micromecenazgo con el que se mueve desde que dejaron de existir ‘Sunday Drivers’.
Una libertad que compartimos todos los que estamos dándole forma a microempresas de todo tipo, y en la que encontramos el modo de conseguir hacer realidad muchos sueños que podrían haber acabado en la sombra.
El discurso de Jero Romero encandila por la soltura con la que juega con el vocabulario, empleando las palabras para construir universos que nos atrapan al ritmo de su voz y de las notas compartidas con su banda. Nos atrapa porque sus 40 años son el resultado de cuatro décadas llenas de poesía y de una búsqueda constante de los sentimientos más bellos del ser humano. Y de su cuerpo, de sus miradas, sus besos y sus cuándos y por qués.