Mi cuaderno de campo del Covid-19 en Madrid

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Creo que nadie somos muy conscientes de lo que está pasando, y seguramente nunca llegaremos a saberlo al 100%. Lo que sí que tengo claro es que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, y ahora toca ser cauto


Cualquier tonto puede decir que hay una crisis cuando llega. El verdadero servicio al Estado es detectarla en el estado de embrión. -Isaac Asimov

Hace poco te contaba en las redes que en unos días iba a estar volando a Palermo. Obviamente, tras la cancelación de todos los vuelos por parte del Gobierno italiano, el viaje tuvo que anularse a mediados de esta semana.

Creo que nadie somos muy conscientes de lo que está pasando, y seguramente nunca llegaremos a saberlo al 100%. Lo que sí que tengo claro es que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, y ahora toca ser cautos y responsables. También hay que hacer un ejercicio de autocontrol y no perder el sentido común. No es necesario ir al supermercado a arramblar con todos los estantes. No es necesario estar tomándose la temperatura cada dos por tres.

Este virus acabaremos pasándolo todos. Ahora hay que dejar a las autoridades sanitarias hacer su trabajo hasta que se consiga frenar los efectos y tener controlada la situación.

Ya vendrá la época de subir a aviones y de volver a moverse. De disfrutar de fiestas como las Fallas de Valencia o la Magdalena de Castellón.

Aunque también creo que esta crisis cambiará el concepto de los viajes y de las relaciones sociales y laborales. Tal y como pasó con el 11S, que todo el protocolo de seguridad de los aeropuertos de todo el planeta se reestructuró, esto traerá cambios que ya empiezan a advertirse.

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La cafetería Panod de Madrid unos días antes de que estallara la crisis del Coronavirus

El coronavirus en Madrid

Los que no estáis en Madrid me lanzáis ánimos desde hace unos días como si aquí estuviéramos en una situación diferente a la vuestra.

Realmente, hay cambios curiosos en el día a día, como que las carreteras están tan desiertas como en el mes de agosto; las calles, tiendas o centros comerciales a mediados de semana ya estaban (casi) vacíos; y en los establecimientos la gente lleva unos seis días vaciando los estantes del papel higiénico, desinfectante para manos, pan de molde o carne.

Pero, al mismo tiempo, ha habido gente que no estaba entendiendo nada y, desde que habilitaron el teletrabajo en muchas empresas, muchos se pusieron a llenar las terrazas y los bares. Y se llevaban a los niños a los parques con sus abuelos. Y cogían el coche para lanzarse a la carretera rumbo a Murcia, Alicante, Cádiz o Santander.

Y nos estaban avisando: esto iba a llegar a TODO el país. Era necesario desde hacía días que TODOS adoptáramos ciertos cambios en el día a día y en la higiene personal.

Porque, tal y como explican los médicos, igual tú o yo cogemos el virus y ni nos enteramos. Pero los mayores y las personas con patologías de salud corren un peligro REAL. Así que, si no es por nosotros, debemos hacerlo por ellos.

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Salida del metro en Banco de España

Nuestro protocolo en casa durante el confinamiento

Como este viernes comenzó a correr la histeria por todo Madrid, y tras un momento de inseguridad, este fin de semana hemos llegado a varios acuerdos en casa para no volvernos locos con la cuarentena, que será, como mínimo, de 15 días:

1. El primero de ellos es NO consumir información en exceso. Limitaremos el visionado de info sobre el #coronavirus al telediario de las 15 horas y al de las 21. Quien quiera escuchar la radio lo hará con cascos sin invadir el espacio del otro y no se obligará a nadie a estar enterado al 100% de lo que va ocurriendo.

2. No estaremos todo el día hablando del tema, sino que vamos a intentar normalizar el día a día todo lo posible.

3. La disciplina diaria se alterará lo menos posible. Mi despertador va a seguir sonando a las 07.20 horas de lunes a viernes.

4. NO COMPRAREMOS EN EXCESO. Los alimentos se estropearían antes de que los consumiéramos y estaríamos privando a otros del derecho a consumir alimentos frescos.

5. NO CONSUMIREMOS EN EXCESO. Racionaremos con sentido común los alimentos y los bienes de primera necesidad que tenemos en casa. Como de costumbre.

6. Ayudaremos a nuestros vecinos/amigos/familiares, aunque sólo sea escuchando sus miedos e inseguridades desde la distancia. Tienes mi hombro para apoyarte y mis risas para olvidar tus miedos.

7. El vermú de los domingos en la cocina de casa es I-RRE-NUN-CIA-BLE. 

8. Yo he habilitado mi espacio para el teletrabajo en una mesa distinta a la que utilizaré para adelantar con el doctorado y así separar físicamente mis dos actividades diarias más importantes.

9. Me niego a ir recogiendo con hashtags en las RRSS los días que va durando el confinamiento. Lo veo totalmente contraproducente e insano para mi equilibrio personal.

10. Y, como capricho personal, al fin contrataré Netflix y HBO para ponerme al día con las series, docus y pelis que tengo pendientes desde hace años. 

Así que #yomequedoencasa porque soy responsable. Porque hay mucho en juego. Porque esto NO son unas vacaciones. Es una cuarentena en la que nos estamos jugando cientos de vidas en España y miles en el mundo. 

Si no es por ti, al menos hazlo por ellos. Por nuestros mayores, por nuestras personas enfermas o con patologías. Sus vidas son TAN valiosas como la tuya o la mía. 

Cuidaos todos mucho, haced caso a los protocolos de seguridad que se vayan estableciendo y, ante todo, MUCHA-CALMA.

¿Quieres compartir tu experiencia? Abajo en COMENTARIOS puedes contar tus ideas y tus sensaciones sobre todo lo que estamos viviendo.

Un fuerte abrazo,

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Los cafés de Madrid están cerrados hasta nueva orden

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