Algo más pequeño de lo que imaginaba, el Guggenheim de Bilbao se integra dentro del entorno de la ría de Bilbao con una naturalidad sorprendente y liviana
Situado en plena ría de Bilbao, el Guggenheim de Bilbao no me impuso en exceso al llegar. Lo había visualizado tantas veces que imaginaba que me encontraría con una gran explanada y un edificio de grandes dimensiones.
Sin embargo, me encontré con una construcción integrada en su entorno, con unas formas que fluían de forma natural dentro del urbanismo que lo rodea, y con una gama cromática que daba liviandad a todo su conjunto.
Si encima tienes la suerte de acercarte en días nublados, verás cómo sus grises enlazan con la niebla, dando una sensación limpia y ligera.
Así que, si eres como yo, esta obra de Frank O. Gehry, tal vez te guste más por fuera que por dentro, por lo que te sugiero que vayas con tiempo para observar la construcción tranquilamente.
Interior
Dentro del Guggenheim de Bilbao te espera una experiencia que nada tiene que ver con los museos tradicionales.
Es cierto que cada vez encontrarás más espacios con características similares y que no son los únicos en ofrecer este tipo de arte interactivo. El museo de Dalí en Torrent es un buen ejemplo.
En este caso tal vez lo más llamativo para mí fue una primera sensación de vacío, como si no fueras a encontrar nada más que el edificio en sí. Y es que su construcción interior sigue las líneas de todo el exterior.
Una vez nos pusimos a investigar por las salas, ya fuimos descubriendo todos sus recovecos y acabamos metiéndonos en la actividad del museo. Porque a fin de cuentas de eso se trata. De que interactúes todo lo posible y te sientas libre para experimentar.
Así que acabamos dentro de una sala de luces de colores llena de humo, cruzamos por salas de luces extrañas, y nos colamos por alturas, muros y escaleras.
Prohibido sacar fotos
En algunas zonas de paso podrás hacer fotos, lo cual es una gozada para los que vamos buscando imágenes algo diferentes a las del día a día. Eso sí, asegúrate de cumplir las normas y relajarte en los espacios en los que no se puede sacar la cámara.
Y como no soy muy de museos, lo mejor fue que fuera dinámico, con espacios muy amplios y salas muy raras, con lo que la interactividad estaba asegurada.

Entradas y horarios
Para poder acceder, ten en cuenta que actualmente la afluencia está muy controlada. Sé puntual.
Nosotros compramos la entrada en la web oficial, con suficiente tiempo de antelación, y para entrar llegamos con tiempo. Una ventaja fue que era agosto de 2020 y había muy poca gente dentro del recinto, por lo que nos dejaron acceder enseguida.
Si quieres saber más, Wikipedia te cuenta toda la historia de este museo.
Y aquí tienes la web oficial para tus reservas y toda la información actualizada.
